NO OCUPARÁ EL ROYAL LA SERVIDUMBRE DE LOS PORTEROS, COMO NO LO FUE NUNCA LA DE LOS BALLESTEROS DE MAZA, NI LA DE LAS MOZAS DE RETRETE, NI LA DE LOS PROVISORIOS DE CERA Y ACEITE PARA LA REAL CAPILLA.
Aunque el acto en cuestión no es de carácter oficial, por tratarse de una visita a Juanito Borbón en una clínica donde ha sido sometido a una intervención quirúrjica, no por ello puede admitirse la ausencia de personal para la apertura del coche, ni que la reina consorte de España haga las veces de portera, como si se tratara de personal del servicio. Esto es un gravísimo error de protocolo, pues al hecho de obrar Letizia de portera para coche, se une el de viajar en un solo vehículo los tres funcionarios royales y hacerlo sin chófer, pues la imagen que se proyecta es de una monarquía sin contenido, completamente vulgarizada, que no es merecedora del halo mitográfico que la justifica. Los funcionarios royales habían pasado a recoger a Sofía Grecia en el coche, conducido por ellos mismos, transportándola detrás como un bulto, cuando lo correcto es que la funcionaria royal Sofía tuviera su propio vehículo con su propio chófer, para lograr la máxima prestancia de los miembros de la realeza española. Además, se puede observar su total desaliño, incluso la ausencia de maquillajes, bisuta y cuidado de los trajes y vestidos. Un grave error que caerá sobre ellos como cae sobre el pecado la justicia divina.